Peter Zemeckis y Tom Hanks, directores de la adaptación al cine del libro El expreso polar, comentan la experiencia de partir del texto de Van Allsburg para crear una película.
Zemeckis estaba cautivado por las ilustraciones ricas y expresivas del
libro: hay calidez en las alegres caras de los niños dentro del Polar
Express, mientras que afuera el paisaje es constantemente cambiante, a
la vez misterioso e invitante, con bosques oscuros y montañas nevadas.
“Las ilustraciones de Chris son al mismo tiempo honestas, familiares y trascendentales”, hace notar Zemeckis, quien trató de recrear en la pantalla la calidad de las imágenes del libro. Así, los espectadores tendrían la oportunidad de vivir el fantástico viaje nocturno al Polo Norte, en la manera misma en que lo vió el niño del cuento. “Es fácil verse a uno mismo, a sus hijos, o a los niños con los que uno creció, en las caras de los personajes de la película. El paisaje por donde pasa el tren parece un sueño, conviertiéndose en lugares mágicos en los que cualquier cosa podría suceder”.
“Hay algo que hace a sus dibujos inolvidables”, dice Hanks, “comunican la emoción que Chris quiere dar a través de ellos. Por ejemplo: cuando él habla del niño que está en la cama y espera en silencio, el dibujo expresa exactamente el momento. Cuando el tren para frente al jardín, uno casi puede escucharlo. La idea de la película era presentar el espíritu navideño de una manera renovada”. Zemeckis agrega: “Quisimos mostrar la belleza y riqueza de las ilustraciones de Chris, como si fueran un cuadro con movimiento, y trasmitir la calidez, la proximidad y la delicadeza de la actuación humana”. Pero, ¿cómo lograrlo?
Hacer una película de acción en lugares tan inhóspitos, hubiera sido poco práctico o directamente imposible. Nunca se lograría la textura que los cineastas querían recrear. La segunda opción era utilizar animación, pero ésta tiene sus limitaciones. “El problema de la animación tradicional en un proyecto como este”, dice Zemeckis, “es que se queda corta para describir auténticos personajes humanos. Para fantasías como Blancanieves y los siete enanitos, las imágenes exageradas funcionan muy bien. Pero yo quería utilizar una técnica que diera la sensación de que los personajes estaban vivos”.
Zemekis presentó este desafío, al “mago” en efectos visuales Ken Ralston, ganador varias veces del Premio de la Academia. Para El expreso polar, Ralston propuso utilizar la captura de la actuación, método que permite registrar digitalmente los movimientos de los actores, incluyendo sus expresiones, gestos y pestañeos. Sobre esta base, se crearon personajes virtuales susceptibles a ser animados que permitieron mostrar el mundo según Van Allsburg y a la vez darle acentuado realismo a las actuaciones. "Es como poner el alma de un ser vivo en un personaje virtual”, explica Ralston.
Zemeckis cree que lo más importante es contar la historia de la mejor manera posible, con o sin grandes tecnologías. “El espectáculo entero en la película es la ilusión. Inclusive las técnicas más básicas lo son: un corte, un primer plano, todo es fingido, todo es mágico, nada de eso existe en la vida real. Cuando uno puede verlo de esa manera, todas las películas son una ilusión, y muchas de las cosas que yo hago son una extensión de ello. Eso es lo divertido de ser director de cine”.
“Las ilustraciones de Chris son al mismo tiempo honestas, familiares y trascendentales”, hace notar Zemeckis, quien trató de recrear en la pantalla la calidad de las imágenes del libro. Así, los espectadores tendrían la oportunidad de vivir el fantástico viaje nocturno al Polo Norte, en la manera misma en que lo vió el niño del cuento. “Es fácil verse a uno mismo, a sus hijos, o a los niños con los que uno creció, en las caras de los personajes de la película. El paisaje por donde pasa el tren parece un sueño, conviertiéndose en lugares mágicos en los que cualquier cosa podría suceder”.
“Hay algo que hace a sus dibujos inolvidables”, dice Hanks, “comunican la emoción que Chris quiere dar a través de ellos. Por ejemplo: cuando él habla del niño que está en la cama y espera en silencio, el dibujo expresa exactamente el momento. Cuando el tren para frente al jardín, uno casi puede escucharlo. La idea de la película era presentar el espíritu navideño de una manera renovada”. Zemeckis agrega: “Quisimos mostrar la belleza y riqueza de las ilustraciones de Chris, como si fueran un cuadro con movimiento, y trasmitir la calidez, la proximidad y la delicadeza de la actuación humana”. Pero, ¿cómo lograrlo?
Hacer una película de acción en lugares tan inhóspitos, hubiera sido poco práctico o directamente imposible. Nunca se lograría la textura que los cineastas querían recrear. La segunda opción era utilizar animación, pero ésta tiene sus limitaciones. “El problema de la animación tradicional en un proyecto como este”, dice Zemeckis, “es que se queda corta para describir auténticos personajes humanos. Para fantasías como Blancanieves y los siete enanitos, las imágenes exageradas funcionan muy bien. Pero yo quería utilizar una técnica que diera la sensación de que los personajes estaban vivos”.
Zemekis presentó este desafío, al “mago” en efectos visuales Ken Ralston, ganador varias veces del Premio de la Academia. Para El expreso polar, Ralston propuso utilizar la captura de la actuación, método que permite registrar digitalmente los movimientos de los actores, incluyendo sus expresiones, gestos y pestañeos. Sobre esta base, se crearon personajes virtuales susceptibles a ser animados que permitieron mostrar el mundo según Van Allsburg y a la vez darle acentuado realismo a las actuaciones. "Es como poner el alma de un ser vivo en un personaje virtual”, explica Ralston.
Zemeckis cree que lo más importante es contar la historia de la mejor manera posible, con o sin grandes tecnologías. “El espectáculo entero en la película es la ilusión. Inclusive las técnicas más básicas lo son: un corte, un primer plano, todo es fingido, todo es mágico, nada de eso existe en la vida real. Cuando uno puede verlo de esa manera, todas las películas son una ilusión, y muchas de las cosas que yo hago son una extensión de ello. Eso es lo divertido de ser director de cine”.
Texto extraído de las notas de producción de la película en la página oficial