Mercedes Palomar, editora de En peligro de extinción, recorre las diferentes formas poéticas utilizadas en esta obra de humor, ciencia ficción y poesía, para entender cómo también se puede echar mano del arte de los grandes, como Dante o Quevedo, para narrar una aventura espacial para niños.
Nono Granero nació en Úbeda, Jaén, en 1968. Es escritor, ilustrador y narrador oral. Es también músico y titiritero. Colabora en el festival “En Úbeda se Cuenta”, punto de encuentro de narradores de todo el mundo. En 2017 fue finalista del concurso de poesía para niños y niñas “Ciudad de Orihuela”. Ha escrito e ilustrado más de una veintena de libros para niños, jóvenes y adultos.
En los textos de Nono Granero, la poesía y la tradición son una constante. Tal vez por eso no resulte extraño que a la hora de escribir En peligro de extinción, se lanzara a contar la historia como ¡un poema épico! Pero la cosa no quedó ahí: usaría formas métricas muy variadas, estilos y estructuras cambiantes en función de cada momento. Al leer recitando estos poemas nos sentimos participantes de un viaje lleno de referentes a la Literatura.
La historia comienza con versos de arte menor, unas quintillas que presentan al protagonista del cuento, el lince Facundo. Este tipo de verso, tan musical y rítmico, resulta familiar al oído de cualquier niño, de forma consciente o inconsciente, ligado al mundo de las nanas, canciones populares, juegos infantiles; los primeros poemas oídos en la infancia:
Siempre fue un lince mimado:
desde que nació, atendido,
vacunado, bien comido,
limpio, medido y pesado,
con un biólogo al lado.
[...]
En el segundo poema comienza la aventura. «Una noche sin luna, con extremo sigilo...» El momento es emocionante, la noche está oscura, el tiempo se ralentiza. Si fuera una película, habría música de intriga. Este ambiente misterioso se traduce en el empleo de una octava real, con versos alejandrinos, más largos y misteriosos, dejando además truncado el final para reforzar el suspense. Versos de arte mayor que nos recuerdan a antiguos poetas medievales, Gonzalo de Berceo, el Arcipreste de Hita:
Una noche sin luna, con extremo sigilo,
Facundo usó sus garras para abrir el candado.
Y aunque no veía nada, caminó con estilo
sin quejarse al chocar, por no ser escuchado.
[...]
Cuando Facundo y Adalberto se encuentran junto al río, aparece el primer diálogo del texto. Aquí la estrofa cambia: tercetos encadenados de endecasílabos, serie que se cierra añadiendo un verso al final, a la manera de la Divina Comedia; en este caso, acompañando la sorpresa final, pues Adalberto, un águila, parece sentirse algo indefensa en el aire:
[...]
–Tengo vértigo –le confesó Adalberto–.
Prefiero acompañarte caminando....
A lo largo de la historia, el salto de un estilo poético a otro es continuo. El encuentro con la tortuga Marina, por ejemplo, se cuenta en forma de lira: combinación de versos heptasílabos y endecasílabos, con una pauta métrica y de rima muy definida, que en efecto recuerda el sonido ondulante de una lira, con referentes literarios infinitos, desde Garcilaso de la Vega a Fray Luis de León o San Juan de la Cruz:
[...]
–Montaos sobre mí;
busquemos un sitio en que el ser humano
no se comporte así.
Algo, aunque sea lejano,
hallaremos a salvo de sus manos.
Un último ejemplo. Casi al final de la historia hay un poema muy sencillo, pero a la vez intenso, escrito con coplas de pie quebrado, a la manera del lamento de Jorge Manrique ante el destino. Allí Nono Granero tiene la gracia de unir la decepción del fracaso con ese sentido del humor tan propio suyo:
La atmósfera atravesamos
mientras pensamos lo mismo:
—¡Qué guarrada!
¿Tanto que nos esforzamos,
tanto hacer astroturismo,
para nada?
En peligro de extinción mezcla formas poéticas de la tradición culta y popular. Todas ellas, como el color, el trazo o la línea en una pintura, contribuyen a dar cuerpo a la historia que se está contando, apoyar un ritmo, una sensación, un ambiente.
No vamos a destripar aquí el libro completo, donde además de las formas citadas hay sonetos, romances y no solo eso: también naves espaciales, animales en peligro, planetas desconocidos, agujeros negros, dinosaurios, gafas de sol ¡de las de espejo!, aventura, acción y emoción a raudales. En definitiva, una historia para niños escrita en verso, un género que ha sido usado para contar cuentos desde tiempos inmemoriales.
Alguno se preguntará ¿y qué le importa a un niño que un verso tenga ocho sílabas o catorce, que un romance no sea igual que un soneto, o una rima funcione así o asá? No cabe duda de que el niño capta en el ritmo, la musicalidad, el lenguaje de la poesía, un lugar en el cual se siente a gusto, como en casa. Los niños y las niñas, sencillamente, comprenden. Por eso vale la pena poner la poesía a su alcance, a cualquier edad.
En peligro de extinción es una historia de ciencia ficción, escrita e ilustrada por Nono Granero, con múltiples capas de lectura de texto e imagen (para niños y adultos), y una variada paleta de versos que aporta riqueza y musicalidad, ampliando horizontes y sensaciones mientras enriquece la experiencia estética que propone el álbum a quienes se aventuren a viajar en él.