martes, 24 de julio de 2018

Proceso de creación de "La apuesta"

La apuesta es una historia que relata las aventuras de una amistad muy singular entre un guepardo y un conejo. Cristina Sitja Rubio, ilustradora venezolana, nos cuenta cómo fue la conjunción entre su trabajo de ilustración y el desarrollo del texto de Laia Jufresa, escritora mexicana.

Conocí a Laia Jufresa en la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Bologna en el año 2014. Me gustaba su manera de narrar historias y le propuse hacer un álbum infantil, específicamente para Ekaré, ya que llevaba años queriendo hacer algo para ellos.

Entonces, le mandé a Laia una tira de dibujos que siempre hacía en búsqueda de personajes e historias sin pensar mucho, para ver si de ahí ella podía inventar una historia.



En junio nos vimos en Valladolid, en el marco de los talleres que organizaba Ilustratour en aquel entonces. Ahí pudimos conversar más sobre nuestras ideas.

A partir de esa tira, y después de nuestro encuentro en Valladolid, ella escribió una historia, que luego redujimos para que encajara mejor como álbum infantil. Laia tomó como protagonistas a un guepardo y a un conejo que salían en la tira. Luego de varios emails, le envié algunos bocetos de ideas para los personajes.



En 2015 cuando regresé a Bologna para la feria, se los mostré a Irene y Carmen Diana. Ya habíamos conversado sobre hacer pequeños ajustes en el texto y cambiar algunas cosas. En el texto original, Laia había escrito sobre un sueño, pero al final se eliminó. Aquí un extracto de un email que intercambiamos con las editoras:

Estas son las cosas que ustedes sugieren para el texto:
* Probar una versión en tercera persona, o bien dejar en primera y aumentar el diálogo entre Conejo y Guepardo.
* Que Guepardo llegue a interactuar con los humanos.
* Elaborar más el mito de los elefantes.
* Mencionar que el fuego no siempre es malo.
* Eliminar el sueño. (Buscar otra resolución).

En junio del 2015 ya tenía el primer storyboard después de las correcciones de texto de Laia. A partir de ahí comencé a pensar en los materiales y el estilo que deseaba para ilustrar la historia.



A finales de enero del 2016, decidí empezar a ilustrar el libro, ya que después de muchos emails, la historia parecía haber tomado forma.

Yo no hago dibujos a lápiz antes de hacer las ilustraciones finales, por esta razón Irene me preguntó si podía ilustrar en Barcelona, para reunirnos cada semana y que ella pudiese hacer seguimiento de mi progreso. Yo feliz de irme a pasar el invierno en Barcelona, así que me instalé allá un mes para ilustrar La apuesta.



Cada semana me reunía con Irene en Ekaré y ella me daba muy buenas sugerencias de cómo mejorar una imagen o encuadre.



También le mandaba imágenes a Laia para que me diera su opinión. Ella imaginó que yo haría algo más surreal y se sorprendió de que hiciera un guepardo algo realista. Decidí hacerlo así ya que la amistad de un conejo azul con un guepardo ya era algo bastante inusual, así que al final Laia estuvo de acuerdo con mi propuesta.

Una vez listo todo el proceso, en marzo del 2017 salió La apuesta, justo para la Feria del Libro de Bologna.



Meses después de la feria, Ricardo, de la librería Abracadabra, me invitó a exhibir los originales del libro. Además, incluí algunas figuras hechas con pasta de moldear y cerámicas. Para esa ocasión, Irene hizo la presentación del libro y conversamos un poco sobre el proceso.



Fue una experiencia muy linda y agradable trabajar con Irene, Carmen Diana y Pablo, lo volvería a hacer sin duda alguna. Siendo venezolana, para mí es muy emocionante tener un libro con Ekaré. Me llena de ilusión estar en el catálogo de la editorial infantil y juvenil venezolana con más trayectoria en Latinoamérica.

martes, 17 de julio de 2018

¿Quién es el mejor animal del mundo?

El camino del héroe, la curiosidad y la amistad son algunos de los temas que Abril Castillo -editora, escritora e ilustradora mexicana- desarrolla en su reseña sobre La Apuesta, la historia de Laia Jufresa que fue ilustrada por Cristina Sitja Rubio

Dicen que el viaje de un héroe suele tener una forma circular. El héroe sale de un lugar en busca de algo, pasa por diversas aventuras, consigue lo que buscaba y regresa. Y aunque regresa al mismo lugar del que partió, ya no es el mismo. El viaje lo ha cambiado.

En La Apuesta, Laia Jufresa retoma esta estructura clásica, reconocible en libros de caballerías y cuentos de hadas, para mezclarlo con elementos de la fábula, como son los protagonistas animales que reflexionan, experimentan y dan pruebas de valores y actitudes que son meramente humanas.
En esta historia un guepardo y un conejo son amigos. Tienen un pacto en el que Guepardo no se comerá a Conejo. Un día hacen una apuesta: ¿quién es el peor animal del mundo? Guepardo asegura que un elefante, porque puede aplastarte. Conejo, afirma que es el humano. En esta búsqueda de respuestas, emprenden un viaje para comprobar cada uno su hipótesis.



El trayecto es guiado por Guepardo, quien tiene la voz de narrador y da cuenta de sus ideas, emociones y percepciones de este viaje de iniciación al mundo humano. Como si de un descenso al infierno se tratara.

Los paisajes cálidos, llenos de tonos naranjas y amarillos cambian conforme se acercan a la aldea. De este modo, Cristina Sitja complejiza la paleta para dar vida al mundo civilizado.



No sorprende que el hombre haya querido controlar al fuego. Así, la noche no llega nunca en ese lugar habitado por humanos. La noche animal puede ser negra, gris o azul. La de los humanos palpita de vida y lucidez e inestabilidad. Una mezcla total de tonos y formas; así danzan ellos y todo lo que a través de ese pulso vemos tan pronto como cae la noche.



Cuando Guepardo pierde de vista a Conejo, decide adentrarse en una de las viviendas, mientras todos bailan afuera enmascarados. Nos encontramos frente a un escenario que resuena con ecos de Barba Azul de Charles Perrault: una curiosidad detonada en alguien a quien desde el principio se le advierte de un peligro, pero que hasta probar él mismo no dará marcha atrás. Es necesario ver y sentir con su propio cuerpo y mente para creer. Para aprender y conocer. La llave la ha robado él mismo con su curiosidad. Con no detenerse hasta llegar a ese otro lado. Con ese afán de tener la razón, de ganar la apuesta.

Así, ese encuentro que no debía haber ocurrido, tras las sermones de Conejo, empieza con un equívoco donde Guepardo cree ver a su familia, pero en su lugar se encuentra con pieles vacías, cuerpos inertes. Un espejo de sí mismo, una visión de su propio futuro, si no sale pronto de ahí.



Los humanos se percatan de la presencia del felino por el llanto de un niño. Guepardo, en un intento de escapar del ahora inminente peligro, se prende la cola con una llama cercana. En medio de la huida, con la cola de antorcha, arroja fuego a la inflamable aldea y quema todo a su paso.



Guepardo ha perdido la apuesta.

Vuelve a casa y se sorprende al encontrar a Conejo esperándolo al final de ese círculo perfecto que se traza en la trayectoria del relato y que los devuelve sanos a casa. Aunque ya no sean los mismos. ¿O será que en el mundo animal es posible no cambiar?

Conejo es pequeño pero encarna la agudeza mental. Guepardo es grande y fuerte, pero dulce y tierno. Conejo enseña a cada paso lo que es el mundo a su amigo Guepardo. Así empieza y termina la historia. Y aunque al regreso y fin de la apuesta Guepardo pierda y amenace a Conejo con comérselo (no le gusta perder), después de todo no lo hará. Es sólo que está hecho del color del fuego. Es también un ser inestable y libre. Por suerte, se le pasará.


jueves, 5 de julio de 2018

Lo que nos contaron las estatuas del mundo (y lo que les contamos nosotros)

La maestra Mercedes Rubio Mendoza comparte con nosotros su experiencia en las actividades que organizó en torno al libro Lo que cuentan las estatuas del mundo para sus alumnos del IES Alfonso VIII de Cuenca, Castilla-La Mancha, España. Entre ellas, lectura del libro, creación de cuentos propios con las estatuas de su ciudad como protagonistas y, finalmente, la presentación de esos trabajos en una conversación con Montse Ganges e Imapla, autoras del libro.


Mis alumnos de 1º de ESO no habían leído nunca un libro como Lo que cuentan las estatuas del mundo. Estaban acostumbrados a leer cuentos o novelas de ficción y a realizar exámenes o fichas de lectura en los que se comprobase si habían leído y comprendido los libros y, a lo sumo, si les había gustado.

Trabajar con Lo que cuentan las estatuas del mundo de Montse Ganges e Imapla supuso un cambio en la comprensión lectora para muchos de ellos. En primer lugar, la mezcla de elementos ficcionales con texto informativo les sorprendió mucho. Acabábamos de trabajar con leyendas en la clase, pero estos textos eran otra cosa. ¿Los sucesos narrados en cada cuento eran reales o imaginarios? En clase de Geografía e Historia estaban estudiando las civilizaciones de la Antigüedad, así que pusieron en marcha algunas conexiones interdisciplinares, que dieron sentido a los contenidos de clase fuera del contexto del aula. Cuánto les gustó investigar sobre la historia y la ficción de cada relato.

Leyeron individualmente los cuentos en casa pero destinamos algunas sesiones para trabajar en grupo y hablar sobre los textos leídos. Fue una fantástica manera de comprender los relatos, gracias a las aportaciones de todos, y de conocer algunos aspectos desconocidos de la historia de la humanidad. Además, pudimos trabajar con distintas temáticas y géneros narrativos, pues cada relato era totalmente distinto al resto y había para todos los gustos.

En sesiones posteriores se dividió la clase por grupos para que cada uno eligiera un cuento según sus intereses, realizase un trabajo libre sobre el mismo y lo expusiese en el encuentro literario con las autoras.

Y entonces llegó el día. El salón de actos se había preparado para recibir a Montse e Imma con algunos de los trabajos. La mesa estaba dispuesta con ejemplares de distintas obras de La Plaga y presidida por una escultura de la Estatua de la Libertad que trajo una de las alumnas. Las presentadoras del evento, nerviosas, habían seleccionado su vestuario y esperaban a las autoras. A partir de ahí todo fue un encuentro entre amigos.


La Plaga nos habló de cómo se creó la obra y nos enseñó algunos elementos de inspiración de muy distinto tipo (su barrio, fragmentos de película, canciones, libros…) Fue realmente interesante todo lo que nos contaron. Además, los alumnos poco a poco cogieron confianza y se animaron a hacerles preguntas de todo tipo. Gracias al encuentro comprendieron cómo se trabaja en equipo en la realización de obras artísticas y cómo se completa su trabajo de creación hasta que la obra se convierte en libro.

Pero ahí no quedó la cosa. Los alumnos querían aportar su granito de arena, querían enseñar lo que habían trabajado: explicaron sus murales, representaron uno de los cuentos, leyeron unos cuentos inspirados en el libro y realizados por los alumnos sobre estatuas de nuestra ciudad, mostraron las esculturas de arcilla que habían hecho, entregaron chapas… Hubo hasta un concurso, primero con preguntas sobre la obra y las autoras y con su entrega de premios y, después, con preguntas a la escritora sobre la ilustradora y viceversa, en la que todos pudimos comprobar qué buen equipo hacen. 



La mañana se pasó volando pero el recuerdo del maravilloso encuentro permanece entre nosotros. Estas son algunas de las opiniones de mis alumnos con respecto a la lectura del libro y al encuentro con las autoras.

Carla: Me ha gustado bastante porque lo he disfrutado mucho, las autoras son muy amables y simpáticas y había buen ambiente. Además, me ha gustado hacer la cartulina para el trabajo.

Sara: Me ha gustado mucho la experiencia de leer Lo que cuentan las estatuas del mundo porque no es my normal encontrar libros así y luego tener la oportunidad de conocer a sus autoras y poder compartir nuestra opinión y preguntarles alguna duda o curiosidad.

Juanjo: Me ha gustado poder aprovechar y disfrutar de esta nueva oportunidad, tanto de leer un libro así de bueno, ya que hoy en día no quedan libros así, y poder conocer a la autora y además a la ilustradora y, sobre todo, preguntarles sobre en qué se han inspirado para escribirlo; dónde lo hicieron, etc.

Edgar: Me ha gustado mucho conocer a las autoras e un libro que en sí tiene muchas historias. El libro era espectacular, el cuento que más me gustó fue el de Chac Mool. Si pudieseis sacar un segundo volumen me lo compraría seguro nada más saliese. Muchas gracias por venir a vernos y gracias por mostrarnos el verdadero arte de la lectura y escritura.

Sofía: Me ha encantado la visita de las autoras porque pudimos compartir nuestras opiniones y les pudimos preguntar sobre el libro. El libro es precioso y ojalá saquen la segunda parte para poder disfrutarlo.

En mi instituto nos sentimos privilegiados por haber podido contar con la visita de La Plaga, no solo por todo lo que nos contaron sobre sus estatuas, sino por recibir tan de buen grado lo que querían contarles las nuestras. Aquel día todos fuimos lectores, escritores y artistas; todos tuvimos algo que contar.

Quiero expresar mi gratitud a Montse Ganges, Imapla, Ediciones Ekaré y al alumnado y profesorado del IES Alfonso VIII de Cuenca por esta maravillosa experiencia, totalmente recomendable para todos los centros educativos, que esperamos repetir el próximo curso con nuevos alumnos.

Trabajos hechos por los alumnos