viernes, 11 de abril de 2014

Escalera fugitiva y otros ejercicios surrealistas




Una verdadera fiesta visual o de cómo sortear obstáculos y barreras con humor

Concierto para escalera y orquesta fue un cuento que escribí en 1984 y que inicialmente apareció formando parte de mi primer libro dedicado a los lectores adultos: Striptease, publicado en La Habana, en 1985. Ese fue un libro bastante amargo y desesperanzado, así que quise que al final apareciera una pincelada lúdica y optimista, dedicada “al niño que somos”. Para mí ha sido una verdadera fiesta que tres décadas después Ediciones Ekaré haya rescatado Concierto para escalera y orquesta, acompañándolo con hermosas ilustraciones de la artista Carole Hénaff. Me gusta pensar que este no es solo un libro para niños, sino una obra “apta para todas las edades”.

El cuento lo veo como un ejercicio surrealista en clave de humor, en el que a partir de un conflicto inicial se desencadena una serie de situaciones inesperadas. Se trata de una suerte de parábola sobre la tenacidad y el ingenio para sortear obstáculos y barreras de diversa índole (algo que nos viene muy bien en estos tiempos de crisis).

La edición de Ekaré es de coleccionista, con ese formato alargado que remite a una escalera y con una encuadernación inusual. Pocas veces la edición de un libro mío me ha producido tanta alegría.

Texto: Antonio Orlando Rodríguez