“Por lo general me gustan los colores vivos, inspirados en mis viajes por Brasil y África. Por eso uso acrílicos: tienen una gran variedad de colores, tienen un tacto suave y permiten pintar capas y capas. Una gran ventaja. Cuando los bocetos están aprobados, a veces hago unas pruebas de color en el ordenador. Pero no siempre, porque muchas veces me gusta dejarme llevar por la intuición y no tenerlo planificado a la hora de pintar”.
“Cuando leo un texto por primera vez, apunto las palabras que quiero
destacar, luego hago varios bocetos a lápiz para cada ilustración; así
puedo elegir las escenas que mejor se adaptan según el ritmo y la
composición del libro.”
“La historia de 'Concierto para escalera y orquesta' es un no parar, llena de acontecimientos totalmente surrealistas. Empieza con un pez haciendo crucigramas, una escalera en la peluquería, un platillo volante lleno de mermelada de mango, dinosaurios, un cuerda con vértigo…”.
“Al tener tantas imágenes, me pregunté que podía aportar al texto sin
caer en lo descriptivo, y hacerlo de manera que los dos se
complementaran. Por eso traté cada imagen aparte como un pequeño
cuadro que tiene su propio lenguaje, intentando sugerir más que ilustrar
textualmente. Por ejemplo, para la escena donde la chica besa una flor para pintarse los labios, representé un pincel con pétalos de rosa que recuerdan la forma de unos labios".
“La imagen que más me costó -a pesar de ser la más sencilla- es la de la
cuerda. Intenté imaginarme cómo sería una cuerda que se cae al vacío con
vértigo… Por eso tiene estas curvas que suben y bajan, que no se sabe muy bien qué hace”.
“Para
la fachada del edificio, que aparece en varias páginas, había pensado
en un color luminoso tipo naranja/amarillo. Pero cuando llegué en la
imagen de la cuerda, no me convenció nada el resultado. Entonces
retoqué, cambié de gama... hasta llegar a la conclusion que el color mas
adecuado para representar el vacío y el miedo es el negro.”
“Una duda que teníamos era si representar a la escalera en la peluquería o en el hospital, que es una imagen divertida, pero pensamos que lo mejor era guardar la escalera desaparecida para el final del libro y poner el acento sobre el vacío”.
“Y para la última página, en lugar del desplegable decidimos simplemente usar la doble página, dando así la sensación de estar dentro de la sala de concierto, dentro del libro.”
Notas a partir de las palabras de Carole Hénaff
en la inauguración de la
exposición de originales del libro en Abracadabra, Barcelona, 13 de marzo de 2014