viernes, 29 de julio de 2011
miércoles, 27 de julio de 2011
Los colores aparecen bajo líneas de un autor
Peli, o Julio Zúñiga, es el ilustrador de El Perro del Cerro y la Rana de la Sabana. En un principio, creó sus ilustraciones con expresivos trazos de tinta negra. Tras procesos de edición, las imágenes terminaron por ser coloreadas; tarea que estuvo a cargo de Irene Savino.
Pruebas de las ilustraciones en su versión original y en la coloreada |
viernes, 22 de julio de 2011
Cartas de un Perro del Cerro y una Rana de la Sabana
Así se ve la carta enviada por parte de Ana Maria Machado, autora de El Perro del Cerro y la Rana de la Sabana, a Carmen Diana de Dearden, Presidenta de Ediciones Ekaré |
En el mundo editorial constantemente se presentan cambios en los textos para su adaptación a un formato, idioma o fin en específico. En el caso del libro El Perro del Cerro y la Rana de la Sabana, se hicieron ajustes para su traducción del portugués al español. El título, por ejemplo, pasó de ser O Gato do Mato e o Cachorro do Morro (El Gato de la Selva y el Perro del Morro) para transformarse, en nuestra lengua, al que todos conocemos hoy día. Compartimos con nuestros lectores la carta de 1981, donde la autora Ana Maria Machado, escribe a la Presidenta de Ediciones Ekaré explicando su opinión sobre la traducción de la obra y la estructura que debe llevar la historia:
"Envío la introducción, lo que me parece más difícil para ustedes es la traducción, porque tendrían que cambiar los personajes. A partir de ese punto, creo que es más fácil hacerlo ustedes mismas. Y nos escribimos para sugestiones. Explico: lo que viene después (ah, este portuñol) sería más sencillo, porque [contiene] frases más cortas. Las etapas serían:
1. Cada animal (la rana y el perro) se alaba y dice que hizo algo a otros animales (pero no a grandes bestias salvajes), siempre con rimas (pelo/camelo, uña/vicuña, ect).
2. Se hacen el desafío de enfrentar a los grandes y anuncian lo que harán a continuación (corazón/león, etc).
3. Pero sólo enfrentan a los muy chiquititos (ojo/piojo, barriga/hormiga, etc).
4. Llega el león, todos se escapan.
5. Vuelve el perro, le tira agua del puchero, le quema con el brasero. Vuelve la rana, lo deja sordo con una campana, le enreda con lana, algo así, o lo engaña con una caña frente a su pestaña. No sé, lo que serían palabras comunes para ustedes.
6. Los otros animales vuelven y ayudan: los animales que ustedes quieran.
7. Al final, el león se va y todos descubren algo como:
- Es bueno pelear, pero no contigo. Tú eres como yo, serás mi amigo.
- Y pelearemos juntos cuando venga el enemigo.
Eso es solamente un punto de partida para el trabajo. Iremos cambiando ideas (...)
Ana Maria Machado"
martes, 12 de julio de 2011
Man gave name to all the animals
Las ilustraciones de Ramón París fueron fotografiadas originalmente en teatrinos. Estas cajas son una muestra de cómo el ilustrador dispuso las figuras de papel para crear la sensación tridimensional presente en el libro. |
Este álbum que publica Ekaré no es de gran formato, pero tiene espacio suficiente para dar cabida a un corazón: el del amor de un abuelo hacia su nieto. La cosa va así: el abuelo regala una mascota a su nieto y se convierten en un terceto inseparable. El nieto fantasea con otros animales que podría adoptar (aparte del perro regalado) y resulta que todos le fascinan, pero la madre no consentiría convivir con los más peligrosos (el gorila, el tigre, la ballena) , que son los preferidos del nieto. Y lo son porque los conoce; porque el abuelo se transforma para él, para hacerlo feliz, en todos los animales del mundo, y aúlla, brama, bala y ladra como el mejor de los animales (de aquí la canción de Bob Dylan que titula la reseña).
“Qué bien, tener un abuelo como el mío”, dice el niño. Y sí, qué bien crecer al lado de un abuelo que nos acompaña, nos alecciona, nos permite un poco más de la cuenta, y nos muestra cómo es la vida desde el punto de vista de quien ya la ha vivido. Todos los que han tenido un abuelo o una abuela atenta, estarán de acuerdo.
Ramón París, ilustrador, es venezolano, pero vive en Barcelona. Construye unas cajas, medio teatrillos medio dioramas de papel, dentro de las cuales sitúa sus figuras recortadas a base de planos paralelos. Cuando tiene fondo y figura compuestos, lo fotografía. El resultado de este proceso son unas imágenes planas, bastante abigarradas, llenas de superficies rayadas (pelaje de los animales, hojillas de la vegetación, diseño del papel de la pared) que, curiosamente, tienen un toque tridimensional provocado, si nos fijamos bien, por la sombra que las figuras autónomas proyectan unas sobre otras y sobre el fondo. El efecto es sutil, pero apreciable, y genera un contraste entre las formas que el dibujante aumenta gracias a la diferenciación de textura de las piezas que interactúan. No nos hemos de plantear que son figurillas de teatro a punto de moverse, sino más bien piezas de un collage instalación tridimensional.
Los dibujos de este libro han sido fotografiados por Mauricio López Viana, y presentan una colección generosa de animales de todas las especies, trazados con línea limpia, y unos efectos cromáticos puntuales (domina el blanco y negro) a base de azules, verdes y marrones difuminados, un poco a la manera de los resultados de una litografía.
Siempre con ilustraciones a doble página, asistimos día a día, real e imaginario a la vez, de la pareja abuelo-nieto, y su convivencia (y connivencia) con todos los especímenes de la ficción que el abuelo crea a base de máscaras (esto lo sabemos al final) en su taller de manualidades.
jueves, 7 de julio de 2011
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