Haz click en la imagen para ver páginas internas de El conde Olinos mientras María Elena Walsh interpreta el romance: ¡te sentirás junto a un juglar en nuestra era!
viernes, 28 de septiembre de 2012
lunes, 24 de septiembre de 2012
El conde Olinos: una tradición al descubierto
Los romances, una de las formas más hermosas de la poesía tradicional castellana, pasaron de generación en generación durante muchos siglos a través de la memoria de las personas que los recitaban y cantaban. Para entender lo que hay detrás de una herencia como esta, lean lo siguiente:
Sobre el origen de alguna de estas canciones: el Romancero y la infancia
De sobra es sabido que algunos géneros literarios de transmisión oral murieron una vez finalizadas las circunstancias históricas que habían provocado su aparición: un buen ejemplo son los cantares de gesta que dejaron de componerse y de demandarse conforme fue finalizada la Reconquista, su principal argumento.
Sin embargo, todavía hoy, en muchos lugares de la geografía española, se siguen interpretando romances en ocasiones particulares como la vendimia, la siega, la recogida de la aceituna o la llegada del mes de mayo. Los niños no quedan al margen de esas actuaciones. Ya Menéndez Pidal se refiere a antiguos romances que siguieron vivos en juegos escenificados: "Donde ya todo el romancero está olvidado, quedan aún los niños cantando su pequeño repertorio. La última transformación de un romance y su último éxito es llegar a convertirse en un juego de niños". El conde Olinos, La doncella guerrera, Mambrú y Don gato, serían algunos casos.
Oralidad y escritura. Hacia un nuevo aprendizaje de la canción escenificada
Por una parte, la oralidad propicia la aparición de nuevas versiones del texto que terminan por renovar constantemente lo contado. Por otra, poner por escrito una anécdota que antes era oral, tiene sus beneficios: se desentraña la historia para hacerla comprensible al lector.
Con respecto a esto, Ana Pelegrín cuenta una anécdota muy significativa: la de una niña de Zamora a la que su profesora había exigido memorizar el romance del Conde Olinos que, en versión de Menéndez Pidal, venía en su libro de texto. Cuando se le requirió recitar al pie de la letra, la niña comenzó: "Madrugaba el conde Olinos / mañanita de San Juan...", pero de pronto y entre vacilaciones, se apartó de la versión incluida en su libro y, con mayor seguridad y aplomo, continuó diciendo otra versión que ella había escuchado con anterioridad de la boca de su abuela. Efectivamente, a la niña le "sonaba" ese romance y en seguida lo asoció al que su abuela le había enseñado, que era el mismo, pero con algunas diferencias. El romance volvía así a su origen, al caudal oral de la lírica popular: la niña había descubierto para todos el proceso de la tradicionalidad.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
El significado de la rima
El conde Olinos es un romance español que cuenta la historia de amor entre un conde y una princesa. Al pertenecer a este género literario, puede ser analizado por sus referencias, recursos poéticos y símbolos. Los invitamos a acercarse al poema a través de un análisis que toma en cuenta estos aspectos.
Estudio publicado, con mayor extensión, en 2010 por Deborah Rostán en el blog Literatura española IPA.
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