A lo largo de su trayectoria, los libros de la escritora peruana Micaela Chirif han sido seleccionados en dos ocasiones dentro de la lista White Ravens de la Internationale Jugendbibliothek de Múnich. En 2013, ganó el prestigioso concurso de álbum ilustrado A la orilla del viento del Fondo de Cultura Económica. Recientemente su libro ¿Dónde está Tomás?, publicado por Ekaré en 2016, recibió el Premio Fundación Cuatrogatos 2017. Con ocasión de la presentación del libro en Perú, Alicia Meza, encargada de prensa de la Oficina de Cultura de la Municipalidad de San Isidro, conversó con la autora acerca de su experiencia como creadora de grandes historias para pequeños lectores.
Es difícil generalizar: sabemos que no existen "los niños" sino niños individuales, cada uno con sus propios gustos e intereses, igual que ocurre con los adultos. Un gran autor e ilustrador de literatura para niños, Nikolaus Heidelbach dijo que "los niños tienen derecho a leer historias serias: pueden ser divertidas, trágicas, dramáticas, pero tienen que ser serias". Y creo que, en el mejor sentido de seriedad, los niños buscan eso: libros que, sin importar el tema, los tomen en cuenta y, sobre todo, no los subestimen. Quieren libros que se hayan escrito, ilustrado y editado con el cuidado y la seriedad que pedimos a la mejor literatura.
☛ ¿Los niños son un público más exigente que los adultos cuando se trata de leer?
En términos formales, me da la impresión de que no hay público más exigente. Los niños demandan de las historias una lógica muy consistente y sin fisuras. Son rapidísimos para detectar cualquier fallo… ¡y están poco dispuestos a perdonarlo! En términos de selección de lecturas, me parece que los niños son más exigentes entre los dos y ocho años. Estos rangos son siempre relativos pero en ese periodo los niños son lo suficientemente autónomos como para escoger sus propios libros y, al mismo tiempo, son lo suficientemente pequeños como para sentir que deben alinearse con el gusto “aceptado” o dominante. En ese sentido, si se les da el espacio, son mucho más libres con sus lecturas.
☛ ¿Cuán importantes son las ilustraciones en un libro infantil? ¿Dirías que son determinantes?
Vivimos una suerte de explosión de la ilustración. Por todas partes hay libros ilustrados y muchos de ellos son en verdad muy elaborados y hermosos. Creo, sin embargo, que a veces perdemos de vista dos cosas importantes. Por un lado, que las imágenes se leen siempre desde el lenguaje. Hay un texto subyacente a toda ilustración y a todo libro, incluso en el caso de los libros no narrativos o en el caso de los libros sin texto. Si no fuera así, lo único que tendríamos sería una sucesión de imágenes inconexas que no dirían nada. Por otro lado, es cierto que la ilustración es fundamental para ciertos formatos, como el libro álbum. Pero no lo es para otros. Recordemos que durante muchísimo tiempo la literatura fue estrictamente oral y que, en ciertos casos, la ausencia de ilustraciones nos permitía una mayor libertad para imaginar. Y estoy segura de que el lobo que creaba nuestra imaginación era siempre más atemorizante que el que se podía ilustrar.
☛ ¿Qué recomiendas para lograr acercar a los niños a la lectura?
Por un lado, el disfrute: que leer no sea una tarea impuesta desde un marco excesivamente pedagógico. Por otro lado, en un segundo momento, el esfuerzo: no todos los libros tienen que ser fáciles y se puede enseñar a disfrutar del placer de desentrañar aquello que no resulta accesible de manera inmediata.
Jardín de Libros es un programa peruano dedicado a la promoción de lectura. En 2016, en el marco de la presentación de ¿Dónde está Tomás?, compartieron un encuentro con la autora Micaela Chirif: ¡Asómate!
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