lunes, 13 de abril de 2015

Como los niños lo ven…

Maité Dautant es especialista en Literatura Infantil y Juvenil, trabajó muchos años en la Gerencia de Información, Documentación y Estudios del Banco del Libro (GIDE). En esta ocasión, comparte con nosotros una reseña sobre Taquititán de poemas, libro ilustrado y diseñado por Ana Palmero Cáceres.  

Cada niño crea el mundo cuando aprende a nombrarlo, cuando usa la fuerza poética de la palabra para describir y explicar lo que observa, lo que descubre. De allí que la poesía sea un género tan afín a la infancia. Este acto natural de creación permanente encuentra un espacio de representación en la obra de los autores venezolanos que han escrito poesía para ese público tan especial.
  
Estos poetas comparten con los lectores una visión afectuosa y cálida del mundo, donde tiene cabida lo cotidiano, lo pequeño, lo que está al alcance de las manos y de los ojos maravillados de los niños.

Taquititán de poemas, de Ediciones Ekaré, nos invita a asomarnos al trabajo de esos creadores, quienes han construido su obra desde la confianza y el respeto hacia un lector que vive la poesía como experiencia cotidiana, y que es capaz de apreciar y disfrutar tanto las imágenes como los juegos con la palabra, presentados a manera de pequeñas historias que describen la existencia de seres y objetos familiares.

Se trata de una acertada selección de textos que parte del punto de vista de los niños para construir una visión renovada del mundo. Poemas breves, sonoros, atractivos, que propician una atmósfera alegre y festiva, que disponen al lector a explorar el sonido, el sentido y las imágenes literarias que se le proponen. Al mismo tiempo, se ofrece un espacio para experimentar lo trascendente, aquello que es capaz de conmover por su profunda y delicada belleza.

Las ilustraciones son otro componente fundamental de ese microcosmos contenido en el libro. Imágenes llenas de color y movimiento cuentan pequeñas historias paralelas y propician la lectura del discurso visual, al tiempo que amplían la experiencia estética. Los personajes, muy bien definidos tanto en sus características como en sus acciones, son una presencia contundente. Acompañan al lector en un recorrido en el que cada doble página funge como una estación de exploración dentro de un trayecto circular que inicia y concluye con una suerte de comparsa. Ese tono celebratorio festeja el tránsito a través de la poesía que se construye trenzando palabras e imágenes.

Los textos apelan directamente al lector y lo invitan al juego imaginativo a partir de la comparación entre seres, objetos y referentes conocidos. En esta línea, los animales son presentados como habitantes de un mundo que genera curiosidad y que produce peculiares metáforas, en el intento de explicar sus cualidades y de representar las situaciones fantásticas que la capacidad fabuladora de los niños les puede asignar. La naturaleza, con todos sus elementos, sus fenómenos y sus criaturas, es presentada desde una perspectiva cercana y cariñosa. Se le reconoce como un espacio disponible para la exploración, pero que, a través de las palabras, termina siendo también una proyección de nuestro mundo interior, de nuestra manera de mirar.

Taquititán de poemas es un libro para recorrer con todos los sentidos, para compartir, para aproximarnos al conocimiento de nuestro mundo desde una nueva dirección.


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