viernes, 22 de julio de 2016

Del otro lado de la puerta: entrevista a Javier Sáez Castán

En 2013, Javier Sobrino, autor de Los sonidos de la noche, entrevistó a Javier Sáez Castán para el Papel Literario del diario venezolano El Nacional. En 2016, Sáez Castán recibió el Premio Nacional de Ilustración de España. Para celebrar este merecido reconocimiento, rescatamos algunos elementos de la entrevista. 

¿Qué utilidad social tiene hoy en día el oficio de ilustrador al que dedicas tu tiempo?

Javier Sáez Castán, 2016
La ilustración de libros tiene al menos dos vertientes; una la relaciona con el diseño, con la adecuación de los objetos a unos propósitos. Los objetos están ahí, van a permanecer ahí, deben tener una forma y alguien debe dársela. En este sentido, los objetos están de nuestro lado, en el lado de la realidad visible y material. Un libro puede caer de la estantería y golpearte en la cabeza, y entonces se convierte en una forma de revelación: la revelación de lo real, no siempre evidente. Por otra parte, la ilustración tiene una vertiente narrativa; representa un mundo que "no está de nuestro lado", un mundo de ficción. Pero a nosotros, como seres humanos, nos interesan mucho esos mundos. Eso nos llevaría a considerar la utilidad social de la ficción en general, un tema interesante, pero que creo que excede el espacio concedido a la respuesta. Una manera de atajar y de aproximarnos a una respuesta sería pensar: ¿qué ocurriría si los mundos de ficción desaparecieran? Por supuesto, la pregunta no es sino una nueva ficción, y como tal, parte de mi trabajo. No, no es tan fácil encontrar un atajo. 


¿Hacia dónde se abren las puertas que hay en tus libros?

No lo sé. Si es verdad que hay puertas, no podemos saber que hay al otro lado hasta que no las abramos. Si ya sabemos lo que hay del otro lado, entonces no es necesario emprender el viaje, pues ya estaremos ahí, del otro lado de la puerta. Lo que sí sabemos es que abrir una puerta, cruzarla, nos cambiará en alguna medida. Nos encontraremos frente a nuevas puertas, también. Quizás es lo que somos, puertas que no saben adónde se abren. 


La merienda del señor Verde (Ekaré, 2007) 
¿Piensas que tus libros destilan "mensajes con ideas" o te decantas más por los aspectos lúdicos, los juegos manuales?

No puedo concebir hacer un libro para depositar una idea dentro; me parece como convertirse en una de esas avispas que atrapan una araña para poner un huevo en su interior. Creo que ese enaltecimiento de la "idea", del "mensaje" es una equivocación del autor respecto a su propio papel, su trabajo, los libros y sus propias ideas. Si uno hace un libro para únicamente transmitir una idea, entonces sería tal vez más adecuado llamarlo "propaganda", con todo mi respeto por esa forma artística. Pero esto no quiere decir que desdeñe las ideas, o que el autor no deba tenerlas, muy al contrario. Más bien considero el punto de vista de la idea "encarnada". La encarnación es aterrizar en la materia, en el error, en la realidad, y desactiva cualquier clase de idealismo. Pero escribir sin ideas… no, eso no sería posible. 

La grandeza de las pequeñas maravillas cotidianas es otro de los ingredientes que tienen tus libros. ¿Por qué quieres compartirlos con tus lectores? ¿Cuáles son tus maravillas cotidianas predilectas?

Sí, me gusta pensar que hay algo maravilloso en lo cotidiano y creo que gran parte de la cultura moderna, de las ideologías, pero también del embotamiento común ante los medios, vienen del hecho de la enemistad con lo real, que es lo mismo que cerrar los ojos a lo maravilloso. Pero no me siento capaz de reducirlo a una definición. Si puedo compartir algo valioso, es esto. En cuanto a las pequeñas maravillas… no sé ¿qué tal una mosca?

El Pequeño Rey, maestro repostero (Ekaré, 2013)
El Pequeño Rey, director de orquesta (Ekaré, 2010)
El Pequeño Rey, general de infantería (Ekaré, 2009) 
Muchos de tus libros están editados por sellos iberoamericanos (Ediciones Ekaré, Fondo de Cultura Económica u Océano). ¿Es por razones personales, sentimentales o es que ellos están más abiertos a tus ideas?

Las cosas van sucediendo por muchos motivos; en primer lugar, comencé publicando con estas editoriales porque fueron ellos quienes se interesaron por mis libros. A este punto de partida se han sumado otras razones tanto de ventas –se trata de un mercado mucho más amplio y permeable, gracias a la lengua común- como de tipo personal: me gusta mucho México, por ejemplo. O no sé si se trate de que me guste, pero tengo una gran conexión con México, por algún motivo que no sabría explicar. Eso no quiere decir que me mantenga alejado de la realidad española... más bien, que la realidad española me ha mantenido alejado con bastante éxito, con el rigor de una madre que no quiere malcriar a su hijo.



Los tres erizos (Ekaré, 2003)
Texto tomado del blog de Javier Sobrino

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