lunes, 24 de enero de 2011

Anem a veure al pare!




Este es un álbum para mayores que supone un buen ejemplo temático de las características de la literatura infantil en las sociedades postindustriales: el fenómeno migratorio. Vamos a ver a papá ha sido recientemente publicado tanto en catalán (Anem a veure al pare!) como en castellano. Ambas versiones, narradas en primera persona, cuentan cómo una niña añora a su padre desde su país de origen y se prepara para ir a su reencuentro en el extranjero. Sin embargo, la versión catalana narra a posteriori, de modo que se recuerda lo ocurrido desde el país y la lengua de llegada; en tanto que la versión castellana está contada  como si los eventos estuviesen pasando en ese momento en la lengua materna. Un cambio formal de la narración que supone una exploración muy destacable de este álbum en favor de la verosimilitud de la traducción y de la representación del proceso de integración de la protagonista a través de su mismo uso de una nueva lengua, que subraya también su cambio de perspectiva. Las imágenes, en tonos pasteles y llenas de detalles y texturas, recrean tanto el tempo emocional de la espera del viaje, como el mundo infantil y familiar de la niña.
Reseña: Grupo Gretel


Anem a veure al pare!
Lawrence Schimel
Ilustraciones Alba Marina Rivera
23 x 20,5 cm 
40 páginas          
Tapa dura 
ISBN 978-84-937767-0-1

¿Qué se lleva la protagonista de "¡Vamos a ver a papá!" en su maleta?


Alba Marina Rivera ilustradora de "Vamos a ver a papá" cuenta detalles sobre sus ilustraciones:

"Cuando estaba trabajando en la imagen de la maleta, no podía dejar de pensar en mi propia maleta, la que me llevé cuando salí de Cuba. Había tantas cosas de las que no me quería desprender! Y lo más curioso es que la mayoría eran cosas muy poco prácticas. Así que me pareció imprescindible que la niña llevara consigo un mango, unas hojas de guayaba del patio y la vieja comba para saltar con sus nuevas amigas."



Y qué no se lleva...
"Los seres queridos se quedan fuera de la maleta, y es una pena. Deberían inventar maletas para abuelas con perros!!! Las baldosas del suelo de la casa eran muy difíciles de desprender, así que la niña no pudo llevarse ninguna, aunque le hubiera gustado."