En esta oportunidad, conversamos con Ana Palmero Cáceres, quien describió su proceso de trabajo como ilustradora y diseñadora del libro Taquititán de poemas.
Desde un principio, la palabra taquititán nos suena musical. Y fue eso, el ritmo de los poemas lo que se entrelazó con la imagen. Cuando nació este proyecto, una selección de María Francisca Mayobre, a partir de un libro editado por María Elena Maggi, se buscaron poemas dirigidos a los niños más pequeños: poemas cortos y con ritmo. Casi todos los poemas seleccionados tienen que ver con la naturaleza, por esta razón, quise aprovechar la flora y fauna venezolana para representarla en las ilustraciones.
Desde un principio, la palabra taquititán nos suena musical. Y fue eso, el ritmo de los poemas lo que se entrelazó con la imagen. Cuando nació este proyecto, una selección de María Francisca Mayobre, a partir de un libro editado por María Elena Maggi, se buscaron poemas dirigidos a los niños más pequeños: poemas cortos y con ritmo. Casi todos los poemas seleccionados tienen que ver con la naturaleza, por esta razón, quise aprovechar la flora y fauna venezolana para representarla en las ilustraciones.
A veces, tomar un proyecto como diseñadora e ilustradora a la vez, resulta más sencillo porque ambas disciplinas se funden, y el libro se concibe como una unidad desde el comienzo. Cada doble página se relaciona entre sí, ya sea por los personajes o por los ambientes. La unión entre ellos establece justamente la escena de la ilustración. Por ejemplo, hacer un vínculo conceptual entre el ciempiés y un pequeño tren verde; el enamoramiento entre un mono y una pereza, o una bonita relación de trabajo entre un caimán y un rabipelado. Todos ellos eran personajes y títulos de poemas.
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En cuanto a la técnica de ilustración, utilicé lo que podría llamarse un collage digital. Hice muchas texturas con creyones y colores de cera, que escaneé y utilicé luego como una especie de papeles digitales. Se puede decir que recorté esos papeles creando formas, aprovechando los colores y texturas.
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Por lo general, mi proceso creativo comienza por la composición gráfica de los elementos en la doble página: las líneas básicas de los personajes y los textos. Una vez que tengo el balance de ambos, puedo comenzar con el trabajo creativo.
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Dentro de las ilustraciones hay algunos guiños con el cine. El caimán, por ejemplo, tiene un sombrero y pestañas como las de Alex DeLarge, personaje principal de la película La naranja mecánica de Stanley Kubrick. En el poema Taquititán, de Gallegos Mancera, aparecen bailando animales que figuran en el resto de las ilustraciones, y que se despiden festivamente como en el final de 8½ de Federico Fellini.
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