Hablar de literatura en la primera infancia implica abrir las posibilidades a todas las construcciones de lenguaje –oral, escrito y no verbal– que envuelven amorosamente a los recién llegados para darles la bienvenida al mundo. Las experiencias literarias para la infancia abarcan diversos géneros: la poesía, la narrativa, los libros-álbum y los libros informativos, pero más allá de géneros y textos, aluden a la piel, al tacto y al contacto, a la musicalidad de las voces adultas y al ritmo de sus cuerpos que cantan, encantan, cuentan y acarician. Esa importancia de la experiencia literaria en la psiquis humana también ha replanteado la idea tradicional de la "lectura", en tanto que antes y mucho más allá de lo alfabético, los niños "leen" de múltiples maneras, es decir, descifran e interpretan diversos textos.
El lugar de la literatura: un recorrido desde el nacimiento.
La voz y la madre poesía
En esas primeras "conversaciones" con múltiples lenguajes que enlazan a la madre y al padre con el recién nacido, podemos decir que nace la literatura y, más exactamente, la poesía. Así, mientras incorporan las voces de sus seres queridos, se entrenan como "oidores poéticos" y ese entrenamiento es crucial, tanto para la adquisición del lenguaje verbal, como para la consolidación de sus vínculos afectivos. Los arrullos, juegos, rimas y cuentos corporales transmiten al bebé una experiencia poética que se imprime en su memoria y lo ayuda a "pensar" en el lenguaje, es decir a explorar sonidos similares y diferentes, acentos, intenciones y matices de su lengua materna.
Los bebés "leen" con la piel y las orejas y su atención se centra más en la musicalidad de las palabras que en su sentido literal, como lo hacen los poetas.
Primeras aventuras por el mundo de los libros
©Tintaleo |
Explorar los mundos de la ficción y los de la realidad
A medida que el lenguaje verbal se va sofisticando y otorga poderes de abstracción y de imaginación, los niños descubren la complejidad de un mundo paralelo e invisible, no exento de sombras y de monstruos. Además del poder emocional que posee la ficción para nombrar los dramas infantiles y darles una resolución simbólica, los niños descubren que existe un lenguaje distinto al cotidiano. Todo ese acopio de historia nutre el pensamiento, y la prueba de ello es la cantidad y la calidad de los recursos narrativos que poseen los niños que han tenido contacto permanente con los cuentos y que incorporan, casi sin darse cuenta, las estructuras temporales y las operaciones de planeación propias de la lengua del relato, lo cual se traduce también en la forma como pueden contar historias sobre sí mismos. Adicionalmente, las historias contadas o leídas permiten explorar las convenciones del lenguaje escrito: las pausas, las inflexiones y los tonos interrogativos o exclamativos que se usan "para escribir la oralidad", les sirven como un archivo que será indispensable para su posterior acercamiento a la lectura alfabética.
Esta experiencia como lectores, en tanto constructores de sentido, resultará crucial para su desarrollo emocional y cognitivo y les ofrecerá bases para acercarse paulatinamente a las operaciones propias de la lengua escrita.
A las puertas del lenguaje escrito
©Tintaleo |
El significado de "dar de leer" en la primera infancia
Conversar espontáneamente sobre lo leído y leerles mucho, pero sobre todo "leer-los", lo cual implica conocer y escudriñar, más allá de las páginas, quiénes son, qué historias prefieren y cómo éstas se relacionan con sus experiencias.
La experiencia literaria se vive y se disfruta a través de la mediación adulta y por ello, no se puede hablar de un lector "autodidacta" en la infancia, sino de una pareja lectora (niño-adulto) o más bien, de un triángulo amoroso (libro- mediador-niño). Las voces adultas, sus "cuerpos que cantan", sus rostros y sus historias son los textos por excelencia de los más pequeños y sus modelos lectores. Cantar, jugar y contar significa también "contar con ellos", es decir, escucharlos, estimular su deseo de contar sus experiencias e historias, acompañarlos con palabras afectuosas, rítmicas o divertidas, dejarlos tocar, probar, hojear y comentar sus libros.
Leer cuentos a los niños es nutrir su pensamiento y su imaginación y ofrecerles el material esencial para crear su propia historia con todos los lenguajes posibles: los ya inventados y los están por inventar. He ahí el lugar de la literatura en la construcción de los cimientos de la casa imaginaria; he ahí el legado para que cada niño pueda llegar adonde quiera: "al infinito… ¡y más allá!".
LIBROS DE EDICIONES EKARÉ PARA LOS MÁS PEQUEÑOS
A partir de 0 años
Los libros de la colección Pikinini reúnen las características ideales para que desde sus primeros meses, los bebés puedan relacionarse con divertidas historias, juegos y canciones: cartón, textos breves y rítmicos, ilustraciones coloridas, esquinas redondeadas, un tamaño accesible a manos pequeñas.
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A partir de 0 años
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A partir de 4 años
El momento en que los niños comienzan a iniciarse en la lecto-escritura es muy importante, por ello es primordial presentarles buenas historias que ellos disfruten escuchar y leer varias veces.
El momento en que los niños comienzan a iniciarse en la lecto-escritura es muy importante, por ello es primordial presentarles buenas historias que ellos disfruten escuchar y leer varias veces.
Texto publicado, con mayor extensión, en la página web de Espantapájaros.
Algunas imágenes pertenecen a Tintaleo, librería online de literatura infantil en español.
Algunas imágenes pertenecen a Tintaleo, librería online de literatura infantil en español.
Excelente aporte a mi trabajo pedagógico desde el área de lengua castellana en colegio INEM de Cali.
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