viernes, 21 de mayo de 2021

Camino a la gran montaña: un testimonio de Frida Ayala

José Antonio Delgado “El Indio” (Caracas, 1965 - Nanga Parbat, 2006) fue un destacado montañista venezolano, ingeniero mecánico y autor del libro La gran montaña. Fundó el Proyecto Cumbre y junto a ellos realizó la primera expedición venezolana en alcanzar la cima del Everest. Su esposa, la también montañista y directora del Festival Ascenso, Frida Ayala, nos cuenta cómo hace quince años un hombre de montaña se sentó a escribir un libro ilustrado.

  

Un muchacho y el Everest

 

José Antonio tenía pasión por la montaña desde niño, pero cuando subió por primera vez el Pico Humboldt en Mérida se enamoró para siempre del montañismo. Eso fue en bachillerato. Luego continuó haciendo grandes montañas en Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador, México. En 1994 alcanza la cumbre del Cho Oyu, una de las 14 montañas en el mundo con una altura de 8000 msnm, tras haber escalado la mítica montaña Ama Dablam.

 

El Everest fue un sueño durante casi quince años para él. Ningún equipo de venezolanos había alcanzado su cumbre. Hasta que finalmente en 1997 comenzó la "ruta" al Everest junto con el resto de los miembros del Proyecto Cumbre, Carlos Castillo, Marco Cayuso, Carlos Calderas, Martín Echevarría y Marcus Tobía. El 23 de mayo de 2001 la expedición llegó al punto más alto del Everest.



 

Escribir La gran montaña

 

Todas las noches les contábamos cuentos a nuestros hijos, Sofía y Tomás. Teníamos la colección completa de libros de Ekaré. Un día los niños pidieron un cuento inventado. Y se hizo costumbre. Cada noche, nos daban dos personajes. Yo inventaba un cuento donde tocaba ver qué hacer con una princesa, un unicornio, una pelota, un robot… Pero José empezó a contar su propio cuento y cada día lo fue perfeccionando.

 

El cuento era "La gran montaña": la travesía de un grupo de amigos por subir la montaña más alta del mundo. Después, con la ayuda de algunas técnicas que yo usaba en preescolar con mis alumnos, pasamos a escribirlo.

 

Los personajes de la historia salieron de los viajes de José Antonio. Cuando Proyecto Cumbre hizo el Everest hace ya 20 años, mi hija y yo viajamos a Nepal e hicimos un paseo a una granja de elefantes, y luego nos montamos en un elefante en Chitwan. Así nació el primer personaje del cuento.

 

Luego, el yak era un animal que a José le fascinaba. Toda la cultura sherpa se sustenta en este animal que, a pesar de convivir con el hombre, se mantiene mucho en su estado salvaje.



Es gracioso porque Carmen Diana (la editora), cuando hicimos el libro, me pidió una foto de Tomás, que era un bebé, para que Carmen Salvador ilustrara al yak inspirada en él.


El camello bactriano lo había conocido en los viajes a Muztagh Ata y Gasherbrum. Siempre hablábamos de ese camello y de recorrer la ruta de la seda, pero no se dio.

 

Para terminar, nos faltaba uno... y llegó canguro. Sin ninguna otra explicación más que nos trajo un atributo que necesitábamos para el cuento.



 

Me encanta como José incluyó detalles de nuestra vida. Por ejemplo, cuando dice "son distintos, pero se ríen igual que nosotros". Esa frase la dijo mi hija una vez que una familia china se mudó a nuestro edificio (algo nuevo para ella) y me pareció hermoso que lo incluyera en el libro.





15 años después, un legado

 

Convertí su historia en una conferencia que doy en colegios públicos y privados, en zonas populares como Caucagüita o en un centro comercial. Cada vez que cuento el libro y hago la presentación sobre la vida de José, es todo muy conmovedor. Llevo los equipos y les enseño sobre el significado de "La gran montaña" como un sueño; algo que quieres lograr.


 

Un día, luego de contar el cuento y realizar el taller de "Alcanzar tu sueño", uno de los muchachos se animó a hablarle a una niña de quien había estado enamorado por mucho tiempo. Sin duda, el cuento tiene una forma de acercarse no solo a los niños sino también a los adultos que de forma desprevenida sienten la metáfora profundamente, y una y otra vez me dicen lo inspirados que están para ir tras sus grandes montañas. Creo que allí reside parte de su emoción.

 

En Venezuela y Latinoamérica, José Antonio sigue siendo un ícono y referencia del montañismo. El Festival Ascenso que fundó continúa activo. Y recientemente, se realizó una obra de teatro en Italia llamada I guardiani del Nanga” donde toman como referencia los siete mejores y más destacados montañistas del Nanga Parbat que murieron en esta mítica montaña. José Antonio fue uno de ellos.

 

También continúa circulando el documental sobre su vida "Más allá de la cumbre" (2008), cuyo director Juan Carlos López decidió usar el cuento de "La gran montaña" como hilo narrador. Decisión que considero acertada porque da una profundidad de quién era José Antonio como persona y como montañista.

 

Para mí, su legado principal ha sido su vida, enseñanzas y pasión. Y por supuesto, nuestros dos hijos amados.

Recuerdo que uno o dos días antes de irse a Pakistán llegó muy contento. Me dijo que me tenía un regalo muy especial. Y me enseñó la maqueta del cuento. Originalmente yo había hecho unos dibujos que no fueron aceptados, pero cuando vi las ilustraciones de Carmen Salvador quedé fascinada. Todavía siento que "La gran montaña" es el regalo de José para mí.

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